Aunque sin proponérselo, Juan Luis Guerra sólo ha tenido tiempo para brillar profesionalmente. Ha sido seis veces nominado al Grammy Latino, fue elegido como Persona del año por la academia que entrega el premio, y sus discos se siguen vendiendo como "pan caliente".
Sin embargo, Guerra asegura que su vida está dedicada a Dios, que la música no es su "prioridad". Y aunque desestima las mieles del éxito, agradece todo, hasta sus ingresos millonarios, a Dios. "El Señor es mi manager", afirma sonriente.
-La música no es su prioridad, sin embargo, 2007 ha sido uno de sus años más productivo en la parte artística.
-La música es mi pasión. Siempre he hablado de lo importante que es para mí. Yo me despierto en música y cuando hay música me siento en mis aguas. Es el don que Dios me dio. A lo mejor la música no está de primera en mi lista de prioridades. Dios lo es, luego mi famila y de tercero la música, pero me siento más músico que nunca.
-¿Cómo se mantiene alejado de las tentaciones del mundo de la música?
-Siempre hay presiones, pero sabes que tienes que bregar con ellas. No puedes permitir que esas presiones ocupen tu visión, tu pensar y tu actuar. Las resuelves y caminas. Esta carrera es constante. Hay que correrla y saber que vienen obstáculos, pero tú los saltas.
-¿Cómo escapa de esa presión?
-La clave fue conocer a Dios. Sin Dios no podía bregar con la ansiedad que me arropaba. En esos momentos abro la Palabra y veo lo que dice el Señor. Por ejemplo, hay un versículo en el que Jesús dice: "Echen todos su carga sobre mí porque yo tengo cuidado de ustedes". Así aparto la ansiedad. "Señor, eres tú el que lo dice y tú no mientes. El Señor es mi manager", digo. Instantáneamente me despojo de los problemas y es por fe, acuérdate, sentencia el famoso músico.
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